¿Mami?

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¿Mami?, de Fany

Después de un día de reyes palpitante llega la noche. La mamá coloca la muñeca de su hija Mía en el sillón de su cuarto y se dispone a dormir. En la madrugada se despierta agitadamente. Escucha pasos y una voz que dice: ¿Mami? Mira el sillón percatándose que la muñeca no está, se levanta y cuando gira la manija, otra vez una voz: ¿Mami? Con incertidumbre abre la puerta, un frío comienza a invadir su cuerpo, se dirige al cuarto de Mía y mira a la muñeca sentada frente a la puerta; ésta gira su cabeza diciendo ¿Mami? La mamá asustada coge la muñeca y la mete al armario con llave y la guarda en el bolso de su bata.

Por la mañana la mamá trata de convencerse de que todo tiene una explicación De pronto, escucha a su hija hablar con alguien, se levanta de la cama, mira por la ventana y ve a Mía sentada en el jardín con la muñeca en los brazos. Mete la mano a la bata encontrando la llave y corre al armario; lo abre para darse cuenta de que la muñeca no está. Incrédula regresa a la ventana. En el camino trata de calmar sus pensamientos: “Tal vez mi esposo o mi hija, mientras dormía, tomaron la llave para sacarla”.

Vuelve a la ventana, Mía le decía a la muñeca que ya no quería jugar con ella, que la dejara dormir y que no quería arrullarla más. La madre salió, se acercó. Mía. Desesperada, miró a su mamá y dijo ¿Puedes apagarla para que no se mueva y no hable más?

La mamá tomó la muñeca, se percató de que no contaba con ningún mecanismo de batería… Incrédula se levantó y fue al sótano a buscar su empaque, éste sólo contaba con una leyenda que decía “muñeca de trapo; accesorios: mamila y chupón de plástico”. Giró la caja una y otra vez, pero no encontró algo que le indicará que la muñeca emitiera sonidos o hiciera movimientos.

Regresó a buscar a Mía, ella ya se encontraba en su habitación; cuando iba a entrar al cuarto, miró cómo la muñeca movía los brazos y la cabeza; la temperatura cambió, la madre corrió hacia la muñeca, la tocó por todas partes en busca de algún mecanismo que hiciera que ésta se moviera o hablará (no tuvo suerte) y de repente, la muñeca moviendo la cabeza de lado a lado dijo: ¿Mami, jugamos? La Madre asustada salió corriendo para deshacerse de ella. Llegó a un parque, una señora se acercó diciéndole ¡Qué bonita muñeca! La madre sin pensarlo se la dio y regresó a casa.

Ya de vuelta, no le dijo nada a Mía, y se dispuso a continuar como si nada hubiese pasado. Sin embargo, desde ese seis de enero de mil novecientos noventa y siete, por las noches, se escuchan unos pasos que se detienen en el cuarto de Mía y una voz que dice ¿Mami?