Mis amigos
Sé que queréis saber quiénes son mis amigos.
Un día en esta cueva desde la que emito el programa, apareció un baúl y de su fondo saco las historias y curiosidades que poco a poco llenan ese espacio llamado El baúl sin fondo de La Voz Silenciosa.
Y al lado de ese baúl, había una mochila.
No sé de quién era. Imagino que llevaba allí mucho tiempo. Quizá hasta fuera mía.
El caso es que me puse a buscar y en una cremallera lateral, al abrirla, vi a unos pequeños seres que corrían despavoridos. Los llamé suavemente y les dije que no tuvieran miedo. Que estaba solo. Que nadie los iba a ver. No me hicieron caso.
Pero al día siguiente y en los sucesivos, insistí. Y un día asomó por allí este hombrecillo, con cara de malas pulgas, sabio y cariñoso que me dijo se llamaba Arpelio.
Le hablé de mi programa y de lo que hacía aquí en la cueva. Y se entusiasmó. Hasta el punto que me habló de su país Imparata. Y de su mujer, a la que me presentó. Críspula se llama.
Empezaron a ayudarme. Y con el paso de los días, me dijeron que había más amigos en esa cremallera. Que era la puerta a países que los humanos desconocíamos. Pero que a mí, no sabía por qué, me estaba permitido conocerlos. Y así entablé amistad con el resto de amigos que actualmente colaboran conmigo cada día.
Os los voy a presentar:
Los fantasmas Agamenón e Ifigenia. Viven en Estragofia.
Las brujas: Sílside y Nutelia. Viven en Asterloria.
Los licántropos: Arístides y Nicanor. Viven en Perneseos.
Cada día elaboramos el programa. Llenamos los corazones de todos con poemas, frases, relatos, música y buenos sentimientos. Los troceamos y ellos los meten en sus macutos y salen en vuestra búsqueda para repartirlos. Dejad abierto algún pequeño resquicio. No necesitan mucho sitio.